lunes, 20 de julio de 2009

Remendando el corazón

“Sólo queda una cosa – dijo – para que suceda lo último: que en la perdición de los dos el dolor no sea menor que el amor que lo ha precedido.”
- Historia Calamitatum


... Y entonces entré a ese antro fresa (que antes no era fresa) y que me trae tantos malos recuerdos de lo que en algún momento “fuimos” (creo que en el fondo nunca fuimos). Y recordé tanto aquél tiempo cuando tú todavía me querías y yo a ti ya no; es frustrante pensar eso ante el horrible escenario de que ahora que te quiero, tú ya no me quieres.

Al fin que ya mañana me darán mi visa y pondré tantos puntos finales como sea posible.

domingo, 19 de julio de 2009

Mi primera vez... en el table!!!

El viernes pintaba a ser un día prometedor con dos buenas personillas para poder hacer algo interesante. Llegando al punto de encuentro descubrí que una no iba a llegar y el otro quería ir por helados a la Condesa, por suerte, mis sabios consejos nos llevaron a unos buenos tacos de cochinita pibil (perdónenme animalitos del mundo) y al table!!!

Llegamos al lugar prometedor sobre la calle de Revillagigedo, con nombre de dios pervertido (también reconocido porque siempre carga con un rayote) a ver a las señoritas. Para comenzar, la variedad la primera "seño" tenía como unos cuarenta, pero como todo, la edad te da experiencia. No my grata de cuerpo, menos grata de la cara, le damos puntos extras porque se quito todo todito (aunque no deseábamos verlo). Era la que bailaba mejor, pudo hacer de esas piruetas en donde sólo te agarras del tubo y abre las piernitas como si nada en el aire, todavía sonriendo.

La segunda variedad nos llegó con una grandota, más joven, aunque eso no signifique que fuera más grata la vista, sin embargo, tiene puntos extras por el tamaño de sus plataformas de 10 cm y tacones de 20cm transparentes, bailar con ellas y no darse un madrazo como el que seguramente alguno de nosotros mortales no pudieramos hacer. (Evidentemente para ir a pedir trabajo a dicho lugar tienes que contar con unos zapatos así.¿Qué sería de un mecánico sin pinzas?)

La tercera variedad, desde mi punto de vista era la que estaba mejor,aunque mi colega decidió que la segunda era mejor. Lo tierno del asunto de la tercera es que mandaba mensajitos antes del acto, y cuando bailaba nada más se veía brillar su bolsita. ¿A quién le habrá mandado mensajitos?¿a la mamá?¿al novio?¿al hijo o a la hija?

Peo la variedad se la llevó un oficinista que llegó. Andábamos viendo una de las variedades cuando una de las meseras le empezó a dar su variedad individual al señor (definitivamente esa mesera contaba con mejores atributos que cualquiera de las señoritas en la pista) y yo andaba de chismosa que me tocó ver todo el numerito en principio, ver como subía la falda de la señorita hasta la cintura, como se entretenía y luego lo pasaba a un silloncito. El colega pudo advertir que el señor recordaba su época de lactancia... Para todo esto, ¿al señor le gustaba que estuviéramos de mirones? pues yo no veia que le molestaba...nada más dejé de ver para que no me salieran lagañas en los ojos.

Característica: Gran variedad de música eso sí. Pasaban de las rancheras, a la música electrónica, al pop en español.

Nota importante: mi colega me hizo saber que los baños de hombres eran amplísimos!! algo como para que cupiera una persona en silla de ruedas, o una con muletas, o dos personas, o tres...


Y recuerden: Pelos! Pelos! Pelos!!!

martes, 14 de julio de 2009

En la noche...

Me gustan esos dos ojos, esas gotas de miel… sonreír cuando la desgracia nos ha llevado, me gusta olvidarte, para poder encontrarte. Me gusta jurarte amor eterno, para creerlo. Me gusta llorar por ti y poder sonreír contigo. Me gusta besarte, para poder morir sin preocupaciones. Me gustaría morir contigo, no de años, no de viejos, sino de cuentos. Me gusta invitarte a ver películas, para no hacerlo. Me gusta que me odies a ratitos, para que cuando me quieras lo demuestres. Me gusta apenarme cuando no sé que hacer, abrazarte y besarte. Me gusta que me desnudes y me quites las impurezas, cuando quitas la ropa y la vergüenza. Dejar de creer en el amor tiene sus ventajas, conoces más gente, conoces más besos y termino regresando inevitablemente a ti. Me gusta cuando nos separamos, para poder gritar ahogada en alcohol que eres lo mejor que me ha pasado. Eres una estación del metro, una cocina, una avenida, una iglesia, un té sorpresa, cortinas cerradas, dos boletos, dos hoteles, veinte dedos, cuarenta pastillas, quinientos tipos de aves, mil almendras amargas, diez libros, mis años de soledad comprometidos.

En los ratos de euforia me subo a la azotea a cantar soy tuyo y me lo quiero creer.

En la mañana...

"Según informes de la policía, en la última semana tres caballos han sido remitidos al corralón"

Wow! nunca creí poder volver al pasado...

sábado, 11 de julio de 2009

Descripciones musicales

Nótese que yo debería estar escribiendo - y sobre todo interesándome - por un trabajo final que me hace falta escribir para el jueves, pero pos no. No estoy de humor para pensar de que se tratará dicho trabajo.
En el inter dejo una canción que checa jajaja.

Paul McCartney - Another Day

Every day she takes a morning bath she wets her hair,
Wraps a towel around her
As she's heading for the bedroom chair,
It's just another day.
Slipping into stockings,
Stepping into shoes,
Dipping in the pocket of her raincoat.
Ah, it's just another day.

At the office where the papers grow she takes a break,
Drinks another coffee
And she finds it hard to stay awake,

It's just another day. du du du du du
It's just another day. du du du du du
It's just another day.

Ay
So sad, so sad,
Sometimes she feels so sad.
Alone in her apartment she'd dwell,
Till the man of her dreams comes to break the spell.

Ah, stay, dont stand around
And he comes and he stays
But he leaves the next day,
So sad.
Sometimes she feels so sad.

As she posts another letter to the sound of five,
People gather round her
And she finds it hard to stay alive,

It's just another day. du du du du du
It's just another day. du du du du du
It's just another day.

lunes, 6 de julio de 2009

Saliendo del cine...

Ej romalen asunen ej cavoren gugle zuralen bubamara cajori baro Grga vojsi odjili dice:

hola

Juan dice:

hooooooola cómo estás?

Ej romalen asunen ej cavoren gugle zuralen bubamara cajori baro Grga vojsi odjili dice:

extraña, me siento como que infeliz y a la vez alegre, no sé, como si una lluvia me hubiera despertado

Ej romalen asunen ej cavoren gugle zuralen bubamara cajori baro Grga vojsi odjili dice:

hoy que iba saliendo de la cineteca, pasé por un parque cuando estaba lloviendo horrible y de repente escuché a unos compas tocando los tambores bajo la lluvia, fue taaaaan raro, sentí ganas de llorar, es como pensar

Ej romalen asunen ej cavoren gugle zuralen bubamara cajori baro Grga vojsi odjili dice:

lo grandiosa que es la vida pero de repente sentir la fresca lluvia que cae en tu cuerpo y el sonido de los tambores y yo en un estado síncope, fue grandioso

Juan dice:

Ohhh!! que chido, también me ha pasado... :P

When the violence causes silence, we must be mistaken

Dentro de las múltiples cuasi-relaciones que he tenido, existe una súper especial. Nunca terminó realmente (es decir, jamás nos sentamos a hablar de que ya no valía la pena y bla bla bla, sino que nada más dejamos de frecuentarnos) y eso es lo que ahora me intriga...
Justificar a ambos lados
En mis primeras vacaciones largas – dígase las de 4º de prepa, cuando solía salir en mayo y entrar en agosto – el grupo en el que estaba mi hermano iba a tocar en la Tradicional o no sé en dónde, así que decidí ir por mi cuenta para después pasarle la reseña a mi madre de cómo le habían aventado un bra rosa a mi hermano y se lo habían rotado todos los del grupo a la mitad de la presentación, etc. etc.

Cuando mi hermano terminó su presentación yo me quedé vagando por la vida en lo que tocaban los otros grupos. En eso, uno de los de la banda de mi hermano llegó a hacerme compañía. Era el wey que siempre había buscado: cabello negro todo revuelto, ojos verdes, más alto que yo (que no es muy difícil), un poco oscuro, algo incomprensible y más raro que un rancho con timbre. Tenía un gorrito negro que se le veía increíble y le daba un aire interesante. De la nada se acabaron las palabras y comenzaron los típicos besos en lo que sonaba Zombie de The Cranberries de fondo (¡es increíble que me acuerde de detalles tan absurdos!). Me dio su gorrito negro que tardé días en quitármelo, mi hermano me preguntaba que cómo demonios me atrevía a ponerme aquél cultivo de gérmenes pero, al fin y al cabo, la sonriente era yo.

Comenzamos a salir bajo la pregunta obligada de: “¿A dónde quieres ir? ¿Al Chopo o a Coyoacán?”, evidentemente, por cuestiones geográficas y de paranoia mía, íbamos a Coyoacán. Él encontraba una especie de estética retorcida en las ratas que circulaban, yo moría de pánico. Él era un metalero divertido y buena onda, yo nada más era una persona a la que le gustaban The Cranberries. A él, por parte de sus desmadres mentales, se le iba la onda frecuentemente y yo moría de la risa. Total, que jamás pasó nada entre nosotros, ça veut dire, nada comprometedor o propio de una relación formal.

Pasaron las semanas (porque a mi eso de los meses se me da de manera muy esporádica en este tipo de historias) y en una de esas, él se fue a quien sabe donde de vacaciones y la historia se marchitó un poco. Después nada más nos veíamos a veces y ya no había mucho de qué hablar. Después fue la relación con A.G. (véase el post) y ya no volví a acordarme hasta hace unas semanas cuando me entró la nostalgia, después de habernos puesto en contacto intermitente por msn sin que yo lo notara demasiado y él juraba que no me acordaría de su persona. Y, por alguna extraña razón, no he podido sacarme la historia de la cabeza...

Creo que la tirada es que, de aquí a que me vaya, los posts serán nostálgicos, chillones y catárticos para mí. Disculpen las molestias que esto ocasione.

domingo, 5 de julio de 2009

Presentando...

a mí nueva heroína de historias. Más real, más cercana a ustedes. Va de comprar a Zara y Bershka, ama el centro y la Condesa; a veces confunde a los autores, pero no se preocupe usted, que es natural. Se deprime con facilidad, comer huevos con jamón le deprime; probar una manzana es una aventura. Detesta todo lo que suena a popular y a su generación, pero se pone triste por la gente; tiene 350 amigos en el facebook...

Pepe dice:
y cómo estás?

With a sunrise and a sunset there’s a change of heart or address.
Is there nothing that remains? dice:

jajajaja no lo sé

With a sunrise and a sunset there’s a change of heart or address.
Is there nothing that remains? dice:

hoy me siento tan posmo

With a sunrise and a sunset there’s a change of heart or address.
Is there nothing that remains? dice:

todo me parece una mierda, menos mis calzones...

Pepe dice:

...

sábado, 4 de julio de 2009

Ain't nothing but a heart ache (o como se escriba, ya no hablo inglés)

Hace unas horas decidí ponerle a mi jefe algunos videos de The Kinks, The Rolling Stones y The Beatles para hacerlo sentir bien, recordar su adolescencia cuasi-inexistente (por ser igual de ñoño que yo) y para pasárnosla bien.
Después regresé a mi cuarto y comencé a pensar en qué buscar en Youtube como para mis propias remembranzas y encontré mil-ocho mil videos de los Backstreet Boys, Five y anexos... todos mis super héroes de la primaria.

- Para esto se debe de entender que la etapa boyband tuvo un intermedio en donde me volví fanática de Nirvana, que lo sigo siendo (en comparación a mi ex fanatismo por las boybands) -

Recordé tantas cosas... No sé, yo era gordita y usaba una playera blanca con rayitas rosas en los hombros, pantalones negros como de lycra, plataformas, de repente usaba chaleco y así... y era una moca embarrada en la pared que no tenía la menor idea de nada (como si ahorita tuviera mucha idea de todo) y que tenía un propósito superficial en la vida: ser como las viejas que salían en los videos de las boybands. Suuuuuper noventas.
Evidentemente yo sigo siendo lo más lejano a ser como la típica gringa o inglesa o latina hot que sale en los vídeos de los pop stars. Dígamos que lo güero es lo único que, medianamente, me acerca a aquél propósito que perdí - y dejé por amor a la patria - a penas entré a la secundaria, cuando nada más quería ser bonita y delgada.
Eso si, sigo siendo fresísima, pero en mi propio estilo unamita. Pero ahora me queda clarísimo que no me interesa tener como pareja a un wey que tuvo un ratito de fama, se hundió en dinero y ahora es un panzón que recuerda los momentos en que estuvo buenérrimo y las viejas gritaban para tener algún contacto con ellos. Estoy casi segura de que ahora tengo la suficiente personalidad como para que me valga madres ser o no ser como las viejas que salían en los videos noventeros, prefiero emocionarme con una mirada o con una frase brillante.
Y ya, tenía que decirlo, resultó catártico el momento en que me di cuenta de que he cambiado un chingomadral y que tengo los pies a 10 cm de la tierra (en vez de a 2 m o más) y que tengo idea - más o menos - de lo que quiero en mi vida, que he superado - medianamente (traumas sentimentales que en algún momento contaré) - mis prejuicios superficiales y estoy mucho más allá de eso. Y citando a los BSB "that's what makes me larger than life". Jajajajaja
Bueno. Ya. Acepté que fui fan jajajaja.

jueves, 2 de julio de 2009

Resultados

Total que llegué bien nerviosa al no-serviciosocial-sícartaderecomendación y le comenté al jefe que no pensaba hacer el servicio social ahí:
Jefe guapo: quieres un café?
Glo:no (por qué siempre son amables, cuando no deseas que lo sean?)
Jefe guapo: de veras? Voy a ir al starbucks
Glo: (ahora sí con sincerida') No gracias...
...tiempo más tarde
Glo: No pienso hacer el servicio social aquí
Jefe guapo: bueno
Glo: Sólo te ayudaré a terminar de recoger las encuestas y ya
Jefe guapo: mmmm, entonces? estarás aquí hasta agosto y terminarás sólo eso?
Glo: Sí
Jefe: bueno, entonces veremos lo de tus papeles y así, la cartita o pasantía
Glo sonríe

Es decir, estoy ahí hasta agosto recolectando nada más las encuestas y tengo papelito de algo, no sé de que, pero de algo, lo cual me agrada, pone a mi conciencia tranquila y a mi tiempo esperando que sea agosto.

...
En otras noticias hablaré un poco de mi madre. Ella es algo...hippie.Usa blusas tejidas, mascaditas y trapos en el cuello, usa huaraches, va al yoga, no trabaja y se va a los museos (aunque regrese y me diga "Julio Galán seguro murió de sida"); pero ahora sí me sorprendió, y lo más raro, es que yo no me di cuenta, sino un amigo al cual le contaba lo que me dijo mi madre sobre el sueño de la paloma cuando subía las escaleras de mi casa:

"Es que tú eres esa paloma que se siente encerrado dentro de la casa; tu deseas ser libre, pero sientes que hay algo que no te deja volar, es una jaula para ti. Tú deseas salir de (inserte nombre aquí)y sientes que no puedes volar para otros lugares"

Madre...ahora sí, deja las ciencias sagradas...

el momento feliz de una semana caótica

Como por diciembre - rayando el año nuevo - entré a un bar-café para tomarme un expreso. El museo que tenía yo planeado visitar en las tierras de Saint-Exupéry estaba cerradísimo por una lluvia que nada más no terminaba, yo traía mi abrigo renacentista, bufanda a cuadros y unos aretes hermosos que mi madre me acababa de regalar por Navidad. Entré al café, me senté en la barra, pedí mi café y observé al hombre que servía: un señor mayor, con unos lentes grandotes (de esos que hacen que los ojos se vean grandotes) y una sonrisa agradable con muchas ganas de platicar.
Total, platicamos por hooooras sobre todo, Francia, América Latina, la política, el ambiente, lo jodido que está el mundo, su familia, mi familia y todo. Al final él me dio su dirección, yo le di la mía y ya.
Salí y fui a un museo que no tenía contemplado en mi itinerario. De la nada me di cuenta de que uno de mis hermosos aretes ya no estaba, husmée en el cuello de mi abrigo, en mi bolsa y recorrí todo el caracol del museo para ver si se me había caído. No estaba. Lo di por muerto y ya contemplaba hacer del arete restante un dige para no desperdiciarlo.
Como por marzo recordé que la dirección seguía en mi cartera con las mil ocho mil tarjetas de presentación. Decidí escribirle de la manera más sincera para agradecerle su hospitalidad y para mantener la amistad que había comenzado con un café.
Pasaron los meses y yo juré que 1. no se acordaba de mí o 2. no le había llegado o 3. era un valemadrista sin ningún cariño por las cartas enviadas por correo tradicional. Hasta que el martes me desperté y vi que en mi puerta me habían dejado un paquete chiquitito con la dirección del hombre.
He aquí la traducción de la carta:

"Ana Lucía,
Gracias por tu linda carta, me acuerdo muy bien tí, el encuentro en el bar de Lyon, en el mes de diciembre 2008.
En este correo mando un libro viejo sobre la historia de América Latina de 1936.
En espera de una mejora en México, jamás desesperes. De cualquier forma creo que este arete se cayó después de tu visita al bar.
Recibe mis amistades más sinceras.

Georges"

¡Wow! El momento más feliz de la semana. Además de un nuevo libro-joya en franchute... ¡mi arete regresó!
Lo único que pudo decir mi jefe fue "Definitivamente, esas cosas sólo te pasan a tí."

Pero bueno... tengo un examen de mate en 4 horas y prefiero pintarme las uñas, ver al chef Ramsay en la tele y escribir este post para que no se me olvide la historia, que aprenderme de memoria que demonios en la distribución de probabilidad binomial.

11:28 am

JAAA, buen post de La maga en buen momento:
http://www.recolectivo.com/2009/07/siempre-me-han-gustado-los-engreidos.html
Es mi vidaaaa!!! danza clásica a los siete, danza focklótica a las 8, obviamente ninguna terminé, y efectivamente señores, en lo único que he sido constante en mi vida es en la escuela. Lo intenté con el no-trabajo/no-servicio, y no pude, pero con gran diferencia esto dejó una experiencia "no lo vuelvo hacer"

no tengo uñas yno llega el jefe

Mal sueño...

Hoy tuve un final de sueño rarísimo. Iba subiendo las escaleras del edificio donde vivo, para tocar la puerta de mi tío, mientras subía escuchaba el aleteo de una paloma, sí, no de los bichos-mariposas, sino de las grises, de las ratas del cielo. Yo volteaba y miraba para todos lados sin encontrarla, hasta que sentí (literal, sentí) como si aleteara en mi oído derecho.
Consultado el reconocidísimo y sobre todo exacto libro de los sueños, descubrí que pájaro= pensamiento; escalera= ascender. Esto me recordó a mi servicio social-noservicio-notrabajo-novolutario-nonada y que hoy lo pienso dejar. Pienso retirarme por la buena, diciéndole al jefe-guapochileno que me equivoqué y me desilucioné, pero aún así le ayudo sólo a conseguir quien los cuestionarios y punto. Lidia con mi conciencia de no terminar las cosas; lidia con lo que es la parte más pesada del trabajo, y me retiro, al menos por mi parte, bien sin pensar que dejé a alguien con una bola de problemas encima. Ah, el mal sueño es que hoy tengo que ir ahí. Ahí les cuento, tal vez desde allá, como me fue.

miércoles, 1 de julio de 2009

El príncipe de Tlatelolco-Condesa- zona Norte-Centro

El se llamaba Julián y era, en algún momento, mi mejor amigo y mi amor platónico-inacabado-trágico. Se la pasaba escribiendo y pues hablaba bien raro, digo, no eran de a gratis la cajetilla de alitas sin filtro que se fumaba diario. Realmente lo único que nos unía en aquéllos momentos era nuestro supuesto espíritu hippie. Yo era una joven con cabello lacio-mal cortado y pantalones de mezclilla rotos; él, un flacucho con pantalones rotos, y una persona realmente nefasta.

Nos empezamos a llevar en un salón donde todos fumaban y fumaban marihuana. Todos sentían el deseo de estudiar alguna carrera inútil y de repetir mil veces que el mundo estaba mal; de entre toda la bola de inadaptados del mundo (adaptados en nuestro propio salón) nos encontrábamos él y yo. Con nuestras playeras hippies, pantalones rotos y botas nos disfrazábamos ah doc a la creencia del manifiesto del partido comunista y uno que otro de García Márquez. Un día afuera del salón empezamos a platicar cosas “raras” de gente “rara” que sólo se fija en “lo raro”, y pues como Julián lo repetía con su inmaculada voz, que si los chacuacos hablaran sería igualito, pues era más raro. Así que caímos rápidamente en una amistad tormentosa, basada en leer su poesía, escuchar sus tragicomedias y elegir a los mejores músicos. Uno pensaría que era buena persona, pero no, Julián sorprendía dándose a conocer porque tan nefasto podía ser.

Para hacerse más interesante se la pasaba escribiendo poesía en servilletas o en papelitos y regalándolos a las mujeres que podían leer y tener una vaga idea de que significa inicuo; si yo hubiera sabido esto con anterioridad me hubiera ahorrado muchos problemas, y no hubiera sido mi amor-trágico-platónico. Para completar su biografía, era hijo de una joven muy guapa que se había embarazado de un cantante de rock urbano de los ochentas y ahora vivía casada con un alto funcionario de cierta dependencia de relaciones, el cual los había llevado a vivir antes a Inglaterra. Julián por lo tanto, pasaba de ser un niño clase mediero bajo que vivía en Tlatelolco a ser un clase mediero alto que vivía en Inglaterra y después en la Condesa, resumido todo en ser el Príncipe de Tlatelolco. Dicho principillo se caracterizaba por nunca cooperar para las chelas aunque trajera más dinero que todos juntos; por llamarnos cerdos capitalistas mientras fumaba sus alitas. Para terminarla de amolar se bañaba sólo una vez a la semana.

Y claramente, me hice partícipe de los jueguitos, literalmente. Veíamos quién se bañaba menos en una semana y que tan mugroso podía ser el cabello del otro, si lucíamos ojeras moradas mejor. Lo único que logró eso fue que me malacostumbrara a no bañarme los fines de semana y durmiera dos horas por estar hablando con el Messenger. Si Julián en un ataque de amor me decía “eres una niño de 8 años” y me besaba la cabeza, yo vivía toda una semana recordando eso, sobrepasando sus cambios de humor y subiéndole el ego. Le ayudaba a sobrepasar sus enamoramientos con múltiples chicas, resumidas en que tenían grandes senos y se vestían de negro; ninguna de ellas le haría caso más allá del quinto poema. Yo las insultaba y pensaba lo insulsas que eran al no ver la poesía maestra del príncipe tlatelolquense. Con mis consejos que eran más bien halagos el siempre se iba bien satisfecho, después de acabarnos un licor de canela o pulque y haber recitado a Lorca en el auditorio de la escuela.

Para completar, teníamos nuestros estados de depresión-orgullo juntos. El poeta y yo dibujante-bailarina-frustrada, pensábamos que nuestra imaginación no tenía fin, al igual que nuestra inteligencia superior a la del promedio (sabíamos hacer sumas, las reglas básicas de ortografía y nos gusta de vez en cuando calentar las neuronas) y nuestra capacidad para buscar originales formas para suicidarse, por lo que, nos daban periodos donde no nos dirigíamos la palabra y nos reencontrábamos como si nos hubieran mandado a un campo de concentración y nos hubieran cortado la lengua.

Me dejó cuatro libros que me regaló (y unos que me regalé). Uno de ellos, era de su poeta favorito que intentaba copiar cada que podía, fuera en la forma de escribir, fuera en el pensar de “dejar este mundo mundano”, lleno de avaricia y “poco amor a la belleza”. Ese mismo libro me lo regaló antes de que se fuera a China “a saber del mundo” durante un año, y se enamorara de Ella vía Messenger. “Ella” era de mis mejores amigas, con ojos lindos, pero tonta como una papa. Un día, Julián por skype me dice “préstale el libro de Rimbaud”; lo cancelé por una semana y obviamente el libro sigue conmigo, pregunto yo ¿para qué le iba a dar el libro a Ella, si sólo se preocupa por que color de uñas se le ve mejor? Lo siguiente se resume en que el regresa a México y se enamoran perdidamente en dos meses y ahora ella, con ataque de celos (hacia todos) no deja que alguien se le acerque, menos si es mujer, menos si soy yo. Julián ya no puede escribir. Por mi parte, conocí personas más interesantes y mi respuesta se concreta en: yo los presenté. Lo peor, se lo busca uno solito.

Como todo lo que termina, ahora sólo lo tengo en la lista de amigos del Messenger, con su buen simbolito de no admitir, y cada vez que lo veo huyo de él como si me cachara la policía. Tal vez es rencor, pero ojalá que se termine casando con ella y sea feliz, eso significaría que nunca más volverá a escribir.