jueves, 21 de enero de 2010

... je te cherchais parmi les étoiles brisées...

"C'est toi que j'ai cherchée tout ce temps,
dans ces sous-sols vrombissants et sur ces pistes où je ne dansais pas,
dans une forêt de personnes,
sous les ponts de lumière et les draps de peau, au bout des pieds maquillés qui débordaient de lits en feu,
au fond de ces regards sans promesses,
dans les arrière-cours d'immeubles bancals, par-delà les danseuses esseulées et les barmen ivres,
entre les poubelles vertes et les cabriolets d'argent,
je te cherchais parmi les étoiles brisées et les parfums violets,
dans les mains gelées et les baisers liquoreux, en bas des escaliers branlants,
en haut des ascenseurs lumineux,
dans les bonheurs blêmes et les chances saisies et les mains serrées trop fort,
et à force j'ai dû cesser de te chercher
sous la voûte noire,
sur les bateaux blancs,
dans les échancrures veloutées et les hôtels éteints,
dans les matins mauves et les ciels d'ivoire, parmi les aurores marécageuses,
Mon enfance évanouie."


Y, pues bueno, nunca pensé que la cita que me hizo llorar en un tren fuera taaaaan larga al ponerla en el blog.
El caso es que el día de hoy - digo, para tal caso, todo el fin de semana y esta semana - han sido un poco mierdientos. Al grado que hoy una amiga y yo platicábamos a las cinco de la mañana de cuestiones idiotas del amor idiota, nos despertamos a las dos de la tarde, yo, ahora - a las nueve de la noche - tengo sueño, me dediqué a esperar un mensaje o una señal de humo que nada más no llegó (Queeee raroooo).

Bajé al supermercado, interactué con la vecina del sexto piso, limpié la mesa del "comedor" (por que en realidad es comedor-desayunador-escritorio-repisa), me senté a ver que nuevos chismes encontraba en Facebook, me quedé viendo tu perfil un ratote para ver si aparecía algo, no apareció, seguí leyendo el libro de teoría económica que me prestaste para que no me aburriera en el trayecto de regreso desde tu casa a la mía, pensé en tí, me aburrí de la teoría económica, abrí el libro de Beigbeder para ver si me daba tiempo de terminarlo (podría estarlo terminando pero necesitaba escribir) y encontré la trágica cita que se pone al principio de esta entrada.

Estoy triste porque mi examen del martes no tuvo ninguna coherencia y me dí cuenta de eso después de tres horas y media de examen, estoy triste porque sabría que podría haberlo hecho mejor. Estoy triste porque hoy no he podido sacarte de mi cabeza, no puedo evitar escucharte diciendo "Soñé contigo. Estábamos escuchando uno de los nocturnos de Chopin - ahorita lo encuentro, si si, ahorita lo encuentro - y tú soltabas una lágrima, una sola lágrima, y estabas triste y querías cambiar el nocturno para que fuera diferente y especial, después sonreiste. Fue extraño."

Y sé que si hubiera salido a caminar y chiflar la loma por las calles, hubiera sido lo mismo. Hubiera pensado en lo mismo. Nada más hubiera encontrado distintas formas de evitar llegar a tu estación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

estúpido facebook rompehogares!!