Así es, ella está embarazada. La conozco desde que tenía 11 años. Fuimos juntas a la escuela para mujeres; veíamos juntas a los primeros chicos que nos gustaban; conoció a mi primer novio; entramos a la prepa, soportó mis mamonerías de "weeee yo sí me quedé en la 6, no como toooooodas uds"; conoció a mis amigos de la prepa y seguíamos siendo muy unidas aunque pasara medio año sin hablarnos. Ahora ella está embarazada. Esas palabras me taladran el cerebro como si fueran una maldición; ciertamente yo no soy ella, no hemos tenido la misma vida ni las mismas oportunidades, en este caso, me siento afortunada. Sólo tal vez no es lo que deseo para cualquier joven de 19 años, guapa, delgada y tierna como lo es ella. (tmb tiene sus defectos, no es la virgen maría...)
La ví hace dos meses, yo era un ángel y ella un pirata; no es un sueño, era una fiesta de disfraces. Rompí una plancha para el cabello con el pié; pagué una plancha. Es imposible creer que apenas dos meses ella, taaaan delgada estuviera subiendo de peso: "hayyy pues siempre comes mucho, ha de ser eso" "haaayyy, las de la escuela dicen que parezco embarazada" "haaayy no." Ahora la veo y es como una gran "b", un palo con una pelota por panza.
Ciertamente, no se trata de creerlo o no, pero yo no me lo creo. Probablemente es negación; es el hecho de pensar que todos mis planes, y vaya que son muchos, se vieran frustrados por la caída de un chilpayate a mi vida. El hecho de sentir a una "botella de agua con algo dentro" dentro de mí, me causa agruras.
Los niños y yo, nunca nos llevaremos. Que crean que es porque estoy traumada, o deseo ayudar al mundo sin uno, pero lo cierto, y la íntima verdad, es que los niños me dan roña. Siento un rechazo hacia ellos.
Lástima, algunas nacen para ser madres y otras no. Yo no me quejo por ser de las que no.
La ví hace dos meses, yo era un ángel y ella un pirata; no es un sueño, era una fiesta de disfraces. Rompí una plancha para el cabello con el pié; pagué una plancha. Es imposible creer que apenas dos meses ella, taaaan delgada estuviera subiendo de peso: "hayyy pues siempre comes mucho, ha de ser eso" "haaayyy, las de la escuela dicen que parezco embarazada" "haaayy no." Ahora la veo y es como una gran "b", un palo con una pelota por panza.
Ciertamente, no se trata de creerlo o no, pero yo no me lo creo. Probablemente es negación; es el hecho de pensar que todos mis planes, y vaya que son muchos, se vieran frustrados por la caída de un chilpayate a mi vida. El hecho de sentir a una "botella de agua con algo dentro" dentro de mí, me causa agruras.
Los niños y yo, nunca nos llevaremos. Que crean que es porque estoy traumada, o deseo ayudar al mundo sin uno, pero lo cierto, y la íntima verdad, es que los niños me dan roña. Siento un rechazo hacia ellos.
Lástima, algunas nacen para ser madres y otras no. Yo no me quejo por ser de las que no.
1 comentario:
Tengo la impresión de que te he oído hablar de tu amiga, bueno de que sé su nombre.
Oye me gusta tu blog, gracias por presentarlo antes, si no es xq me sobra un poco de tiempo, no lo hubiera descubierto. Te mando un beso
Publicar un comentario